3.05.2011

LOS GUARISMOS DE LA MEDIA LUNA

LA REVOLUCION ARABE: EL INCIDENTE DE LIBIA, BREVE ANALISIS DEL PRINCIPIO DE AUTODERMINACION DE LOS PUEBLOS, LA DIALECTICA DE LA DEMOCRACIA y EL INTERVENCIONISMO AMERICANO.
Las aciagas y perturbadoras horas que vive Medio Oriente dan cuenta en una radiografía de aquellos hechos, que se vive una revolución de conciencia; la causa no solo se cifra en la corrupción y en el cansancio de soportar los diversos yugos que por mas de n décadas han imperado, sino también en el hartazgo de la de pobreza, del retraso y postergación. El hambre es el principal enemigo de todo sistema.
Sin embargo, la lectura de Occidente es errónea, al pensar en su idílica y pertinaz fijación que por fin el pueblo árabe se alza para abrazar al sistema de gobierno heredado de Grecia, que la ebullición popular se traduce en una clara oportunidad para la Democracia.
Latinoamérica debiera ser consiente de ello, recordemos que luego de emancipada de la Metrópoli Española sufrió por más de un siglo su definición entre oligarquías, dictaduras y endebles democracias, de tal manera que su “vida” se relata en novelas histórico-políticas en la búsqueda por la consolidación de un sistema y el concepto de país, teniendo siempre por villanos a hombres que encarnan un régimen castrante e impositivo, que claudicando toda libertad, someten a la Nación, a quienes consideran incapaces de auto-determinarse, sin comentar los intervencionismo de los Imperios...
Si hablamos de una gradualidad en la conciencia de los pueblos y en el pensamiento, será lógico afirmar que luego del sistema feudal y las monarquías se inserte un hibrido para llegar luego a la institución de la República en Democracia. Aquel “hibrido”, Latinoamérica no supo definirlo, Europa lo cifro en monarquías constitucionales, y los pueblos árabes aun no lo han definido, mas aun, sus profundas raíces político-religiosas difieren del laicismo predominante en la Democracia Occidental.
Según la Historia y el Derecho es preciso afirmar que cada pueblo tiene derecho a auto-determinarse sobre su realidad y auto gobernarse según su naturaleza, es por ello que aun siendo la Democracia, el régimen ideal, no es pues oportuno imponerlo cual formula mágica y estandarizada; puesto que de ser así, su materialización puede ser traumática, larga y algunas veces infructuosa.
EE.UU. yerra al pretender abrir un flanco de guerra por un asunto enteramente interno, antes queda claro que sus intereses no se promueven en la Libertad, sino en la intención de asegurar su voluntad geopolítica. Gadafi es solamente el virrey que ha sostenido el statuquo de sus intereses, y al no proceder con la docilidad hipócrita del Ptolemaico Mubarak ha conjurado a las Potencias en un burdo teatro de reivindicaciones...
Repugnancia y vergüenza es lo que embarga al alma libre, porque las Potencias de Occidente mientras se llenaban la boca hablando del generoso sistema democrático, han tolerado durante años a dictaduras árabes con el único afán de verse favorecidos por las riquezas petroleras, en especial EE.UU. e Israel.
En el foro internacional de la ONU, se observan declaraciones y acciones retoricas que buscan maquillar la farsa desmontada; se exige la cabeza de Gadafi, Mubarak o el dictador de Yemen, y en un alarde imperialista se yerguen los brazos armados de sus Majestades, so pretexto del resguardo de la población civil y la condena de los delitos de lesa humanidad, acto ultimo que también es condenable.
Y en la algazara política, se silencia lo que no debería pasar inadvertido a nuestros ojos, porque asumiendo conciencia de ello, nos asaltaría la desazón, la impotencia y la mortificación al ver la cruda realidad de nuestro mundo: Pueblos enteros son solo peones, obstáculos en la aspiración de la unipolaridad y el capitalismo global, o bien son víctimas del egoísmo y la ambición, victimas de sistemas retorcidos, totalitarios y narcisistas.
La suma de los hechos mas recientes sugieren que EE.UU. abrirá un enésimo flanco de guerra, con la excusa de derrocar a Gadafi, y quienes recelamos de su potentado, cuestionamos su proceder; con que derecho intervendría en Libia, si tiene las manos manchadas de sangre inocente (9 niños mueren por una bomba de la Otan), si las recientes guerras que llevan su marca no tienen resultados satisfactorios, si la crisis económica fue desatada por ellos.
Es que acaso, el mundo es testigo pasivo de la impertinencia e inviabilidad del intervencionismo y el complejo costo que acarrea (Vietnam, Corea, Palestina, Iraq, Afganistán, etc.). El limite de lo que la Comunidad Internacional puede y debe hacer por Libia es muy enmarañado y existe una tenue valla (criterio) para compelerse así misma a no transgredir el derecho de aquella Nación, pero nos queda claro que algo debe hacer, y EE.UU. legitimara aquella intervención bajo la voluntad de aquel foro internacional o volverá al dejavu que motivo su auto impuesta judicatura de gendarme.